Ya se que el título suena demasiado cutre, pero qué otra cosa podría haber puesto para describir la desgracia que hace que casi me vomite sobre algún usuario del transporte colectivo el viernes pasado mientras venía de camino a la oficina? Fue terrible la sensación de nausea y mareo que me atacó de pronto. Me tuve que bajar de inmediato de la combi para terminar devolviendo todo lo que había cenado la noche anterior. Una vez que pasó el asco volví a subirme a otra combi, pero esta vez rumbo de regreso a mi casa, pero lo que es peor aún, ya en casa yy con el estómago vacío las nauseas volvieron y una vez más corrí al baño para intentar vomitar. Fue horrible, pues ya no hab´´ia nada que sacar y solo causé que se me irritara la garganta.
Después de llamar a la oficina y reportarme enfermo me fui al doctor donde luego de una breve explicación de los síntomas que me aquejaban el galeno me dijo «Por lo que me dice jovén, usted presenta los síntomas de una infección por salmonela». Sin embargo luego de la oscultación el diagnóstico cambió a algo un poco más favorable, me dijo que la buena noticia era que no se trataba de salmonela perí que traía una infección bastante cabrona causada por ingerir algúna cosa en mal estado. Al intentar hacer memoria me dijo que no tendría caso, ya que es practicamente imposible saber que pudo haberlo causado si es que había comido en la calle (cosa que no había hecho) y que incluso ese tipo de infecciones puedenentara en nuestro sistema y pasar varios días sin causar molestias y de pronto aparecen los síntomas.
Simplemente se me recetó un antibiótico, un desinflamante, un antidiarréico (que ya también me hacía falta) y por último algo para las nauseas, para que alfin pudiera comer algo sin tener la sensación de regresarlo inmediatamente. Ha sido mi peor fin de semana del año, pues el viernes no pude salir por estar acostado en la cama con tremendo dolor de panza, el sábado un poco más recuperado no pude disfrutar del exquisito mole que se sirvió en la fiesta de primera comunión de mi nueva prima política, y con lo aficionado que soy al mole, tener que ver a todo el mundo chuparse los huesitos del pollo y remojando su tortilla hasta limpiar los platos mientras yo me tragaba un plato de arroz y verduras hervidas, era una tortura. Y ayer domingo en el recalentado no pude volver a probar el jodido mole, ahora tengo un antojo muy cabrón que no me voy a poder quitar en al menos 4 días más que termina el tratamiento.
Pero eso me pasa por comer cosas sanas… Sí, así es, yo podía comer piedras y como si nada, pero ahora que he cambiado un poco mi alimentación ya no me puedo hechar un taquito sin sentir un leve retortijón, lo malo es que ya no hay marcha atrás porque una vez que el eorganismo se acostumbra a que lo trates bien esta cabrón que lo convenzas de que vuelva a ser como antes. Sin embargo no todo es tan malo, claro que puedo seguir disfrutando de comar fuera de cassa aunque ahora debo poner más atención en aspectos de higiene, cosa que antes no hacía.
Ok, pues eso vendría siendo todo por ahora. Nos leemos la próxima